Durante el día suelo ser una madre paciente que intenta, cuando no estoy trabajando, atender a su churumbel en todo lo que buenamente puedo. Intento jugar con él, estimular su aprendizaje explicándole las cositas del día a día con dulzura y con una sonrisa en la boca, le saco de paseo todos los días (menos cuando caen chuzos de punta) y dejo que experimente con todo aquello que despierta su curiosidad. Pero cuando llega la noche…..sufro una mutación que ni el hombre lobo!!!!
Siempre he sido muy dormilona y soy de las que creen que dormir es un placer. En mi época en casa de mi madre si estaba aburrida (ya podían ser las 6 como las 8 de la tarde) para no hacer nada me iba a la cama a dormir…..así sin más, aunque no tuviera sueño y podía dormir hasta el día siguiente sin problema. Según me cuenta mi madre cuando era pequeña también era muy dormilona, siempre me acostaban a las 20.00 y en verano le decía a mi madre: - Mama, a dormir no que aún es de día!!!!! Y mi madre bajando las persianas de la habitación me contestaba: - Mira ves, ahora ya es de noche, a dormir!!!! Y nada yo a la cama como una bendita.
Por esto, cuando estaba embarazada a lo que más temía era al no poder dormir bien por las noches y mis temores se han hecho realidad. No duermo bien y este hecho hace que mis instintos de “malamadre” afloren con nocturnidad y alevosía. No soporto el que El Bola se despierte por las noches berreando como un poseso, por lo que la mayoría de las veces es “Queridísimo” quien se levanta para intentar amansar la fiera y si no hay fortuna ni más remedio y El Bola lo que quiere es Teta me levanto con mi cara de “malamadre” soltando por la boca todo tipo de juramentos (tipo J...er, Vaya M...rda, Yo no aguanto más, "Lo tiro por la ventana", No puede ser todas las noches igual, "Que asco") .
Últimamente lleva unas nochecitas muy malas, se acuesta a las 20 / 20.30 y se va despertando cada 4, 3 o 2 horas, así que a más despertares más transformación sufro, hasta que llega un momento en el que optamos traerlo a nuestra cama y así poder ahorrarnos, al menos, los paseos a su cuarto. Antes intentábamos no traerlo a la cama hasta las 5, ahora la cosa ha cambiado, hoy a las 3.30 ya estaba con nosotros…pero el tío se sigue despertando igual y mi transformación sigue in crescendo hasta que llega un punto en el que intento ignorarlo y no mirarle ni a la cara, tipo el “ya no te ajunto” de cuando eres peque (un comportamiento muy maduro)… pero con los primeros rayos de sol, a eso de las 6.30 cuando me levanto para ir a trabajar, el maleficio se rompe y mi transformación en “malamadre” desaparece para dar paso a “buenamadre encantadora”… y es que no hay maleficio ni transformación que pueda resistir a los encantos de mi pequeño príncipe al amanecer, cuando ya no queda más remedio que levantarse para ir a trabajar.
Felices sueños???? NO pero sí Felices Despertares!!!!!
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