COMO PEZ EN EL AGUA

Después de casi 2 meses y medio este sábado hemos retomado las “clases” de piscina. Después de casi 2 meses y medio he tenido que volver al lugar de los hechos. Después de lo que pasó “ese” Sábado Maldito he tenido que enfrentarme nuevamente a la puerta de mis pesadillas…enfrentamiento del que he salido victoriosa.

Tengo que decir que al llegar al Gimnasio tenía en el estómago un nudo y el corazón un poco más agitado de lo normal. Sin querer las imágenes de aquel día se iban repitiendo en mi cabeza: donde aparqué el coche, donde aparcó la ambulancia, el rato de espera en la recepción con el Bolita en brazos mientras venía la ambulancia, la llegada desde el Hospital con el Bolita en brazos, la antesala donde los “ambulancieros” le hicieron la primera cura…todo esto iba apareciendo en mi mente a cámara lenta mientras se acercaba el momento de enfrentarme a la maldita puerta del vestuario….una vez allí he cogido al Bolita en brazos y con la cabeza bien alta (pero sin dejar de recordar lo sucedido) la he atravesado como si se tratase de mi arco del triunfo personal.

Una vez dentro todo el mal rollo se ha ido disipando. El Bolita, después de tantos meses sin ir a la piscina a hacer clases parecía que se había olvidado un poco y al principio estaba raro, le daba como un poco de respeto y no se quería separar de nosotros. Pero eso ha sido los primeros minutos, luego ha disfrutado como un enano y estaba todo el rato con la sonrisa en la cara, sonrisa que me ayudó a deshacer de mi estómago el nudo creado y a calmar las imágenes que venían a mi mente.

Hemos disfrutado los tres juntos dentro el agua, hemos estado los tres juntos como pez en el agua… por eso no entiendo por qué éramos los únicos padres que estaban los dos dentro del agua, cuando estos son los momentos en que, como padres, no hay que perdérselos por nada en el mundo.